Índice
§
Introducción
o
¿De qué hablaremos?
§
Conocimiento y valoración de las lesiones
o
Concepto de lesión
o
Problemáticas sociales que ocasionan las
lesiones
o
Estudios, evaluaciones y estadísticas
o
Impactos psicológicos en la persona
o
Factores dependientes
§
Tipos de lesiones y sus causas
o
¿Por qué ocurren las lesiones?
o
Clasificación de las lesiones
§
Tipos de lesiones
o
Lesiones musculares
o
Lesiones tendinosas
o
Lesiones ligamentarias
o
Lesiones esqueléticas
§
Prevención de las lesiones
o
¿Cómo se evitan las lesiones?
§
Métodos preventivos
o
Entrada en calor
o
Flexibilidad
o
Equipo protector
o
Progresión adecuada del entrenamiento
o
El caso específico del calzado deportivo
§
Bibliografía
Introducción
¿De qué hablaremos?
Más vale prevenir que curar (refrán castellano, atribuido a
Erasmo de Rotterdam con una variación mínima). Aunque se concede la paternidad
a este humanista de prestigio, en la práctica cotidiana es completamente
acertado, como lo demuestra su uso común entre la gente: la sabiduría popular.
(Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 93)
“Todos los
especialistas y profesionales relacionados con la educación física y la
medicina recomiendan a todo tipo de personas la práctica frecuente de ejercicio
físico, para provocar efectos beneficiosos y saludables en el organismo, así
como aumentar la calidad de vida.” (Trujillo, 2009)
La práctica de este ejercicio físico puede conllevar en
singulares ocasiones riesgos para la salud, provocando lesiones en el sujeto
que la práctica. (Trujillo, 2009)
El mundo del deporte, y el de la alta competición
especialmente, comporta un considerable riesgo de sufrir lesiones por su nivel
de exigencia física y psíquica. El origen multifactorial de las lesiones
complica la identificación de los factores de riesgo y la búsqueda de
estrategias para su prevención. Desde la publicación en 1992 del “Modelo
secuencial para la prevención de lesiones” de Van Mechelen, diferentes grupos
han aportado nuevos criterios de análisis con el objetivo de determinar, desde
una perspectiva científica, la eficacia y la eficiencia de dichos modelos. El
primer paso ha sido siempre definir cuál es la magnitud real del problema.(Cos,
Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 95)
Conocimiento
y valoración de las lesiones
Concepto de lesión
“Lesión” es el
daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una enfermedad.
Según esta definición podemos decir que una lesión deportiva es el daño que se
produce en el cuerpo humano como consecuencia de la práctica deportiva. Lesión
deportiva sería el daño que se produce en un determinado tejido como resultado
de la práctica deportiva o actividad física. (Trujillo, 2009)
En la mayoría de las definiciones de lesión, el concepto
“tiempo perdido” aparece como la constante más repetida. Se refiere a la
ausencia de un día, en dos o hasta períodos de una semana. (Cos, Cos,
Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
Una lesión que ocurre durante el horario de sesión de
entrenamiento causa una ausencia para la siguiente sesión. (Cos, Cos,
Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
También sería
apropiado incluir las lesiones que obligan al jugador a interrumpir el
entrenamiento o a ser sustituido. Esto tiene como objetivo no perder información
en aquellas situaciones en las que las sesiones de entrenamiento son menos
frecuentes. (Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
La existencia de
lesiones se traduce en una gran pérdida del número de entrenamientos y competiciones
por deportista lesionado. Además, dicha falta se traduce en pérdida de la
condición física, lo que conlleva períodos más prolongados sin estar con las
cualidades adecuadas para afrontar una competición.(Romero Rodríguez & Tous
Fajardo, 2010, pág. 17)
Mientras que una lesión física en general puede ser definida
como cualquier tensión en el cuerpo que impide que el organismo funcione
adecuadamente y da como resultado que el cuerpo precise un proceso de
reparación, una lesión deportiva se puede además como cualquier tipo de lesión,
dolor o daño físico que se produce como resultado del deporte, la actividad
física o el ejercicio. (Walker, 2010, pág. 2)
La definición de lesión por práctica deportiva sería el daño
tisular que se produce como resultado de la participación en deportes o
ejercicios físicos. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 3)
Problemáticas
sociales que ocasionan las lesiones
Existe un gran impacto de salud y económico en el deporte
profesional y debido a la gran incidencia lesiva existente. (Romero Rodríguez
& Tous Fajardo, 2010, pág. 14)
En el deporte
amateur el nivel de incidencia lesiva es el mismo, lo que conlleva a un gasto
económico muy importante para la salud pública y privada. (Romero Rodríguez
& Tous Fajardo, 2010, pág. 16)
La falta de movimiento es una de las consecuencias más
perjudiciales de nuestra civilización; el mundo laboral exige pocas veces
grandes esfuerzos corporales en las personas. En el creciente interés por las
actividades deportivas (más de un 20% de nuestra población son socios de una
asociación deportiva) se hace visible un proceso de equilibrio biológico. El
interés por el deporte durante el tiempo de ocio, tanto en la juventud como en
la edad adulta, se ha incrementado. Lo que también nos lleva a un incremento en
los riesgos de lesiones por parte de dichas personas. (Hüter-Becker, Schewe,
& Heipertz, 2005, pág. 1)
En consecuencia, las lesiones contribuyen un problema
importante en el ámbito deportivo, la sociedad en general y las personas
afectadas.Sin embargo, la influencia de las lesiones deportivas es menos grave
para la sociedad que las lesiones por accidentes de tránsito o que los
accidentes ocupacionales. Éstos últimos son los dos tipos de lesiones
personales que producen los mayores gastos para la sociedad. No obstante,
muchas publicaciones señalan que los beneficios de la salud proporcionados por
la actividad física regular exceden el riesgo de una lesión asociada con los
deportes. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 41)
Estudios,
evaluaciones y estadísticas
En estudios realizados en Finlandia se observa que los ex
atletas viven más que los no deportistas. Esto se debe a que poseen menor
incidencia de cáncer, enfermedades pulmonares, cardíacas o vasculares. Los ex
atletas de elite tienen también un índice de internación menor, aunque
presentan un mayor riesgo de problemas musculo-esqueléticos y óseos. (Bahr
& Maehlum, 2007, pág. 41)
Como se ha podido
comprobar, existe un aspecto positivo en la evolución de los registros
relacionados con la incidencia de lesiones. Actualmente la recogida de datos se
realiza por cada 1.000 horas de juego. Este método considera la frecuencia de
la incidencia de lesiones, el número de nuevas lesiones que se dan en una
población de riesgo durante un período determinado y el número de nuevas
lesiones que se producen durante un período dividido por el número total de
deportistas. El concepto epidemiológico de incidencia lesiva ha de tener en
cuenta la exposición al riesgo. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010,
pág. 17)
Para evaluar el riesgo de lesión, el factor “exposición al
riesgo” debe ser considerado. Con el objetivo de un análisis preciso se
recomienda contabilizar las lesiones por cada 1.000 horas de exposición. Esta
exposición se refiere a cada sujeto de forma individual y debe estar basada en
la participación real y no estimada.(Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, &
Ekstrand, 2010, pág. 98)
A continuación se mostrará un ejemplo para entender esta
última idea de exposición al riesgo en horas de juego y forma de cálculo: en la
liga española de fútbol un partido dura 90 minutos, que representan 1,5 horas.
Si en un equipo existen 11 jugadores compitiendo de forma simultánea, las horas
de riesgo resultarán de multiplicar 11 por 1,5 y esto hace un total de 16,5
horas de exposición durante un partido. Si se tiene en cuenta el conjunto de la
liga de fútbol, se debe pensar que existen 20 equipos que disputan 38 jornadas
y que en cada jornada hay 10 partidos. Esto quiere decir que existen 380
partidos a disputar en una temporada. Por tanto, el número de horas de
exposición al riesgo en la liga española de fútbol es de 12.540 horas. Para
obtener el índice por cada 1.000 horas de juego, se divide la variable que se
quiera (por ejemplo, el total de lesiones o bien una lesión en particular) por
el conjunto de horas de exposición al riesgo, para después multiplicarlo por
1.000. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 17)
Hay deportes que favorecen la producción de lesiones por la
energía dispensada en el mismo, violencia, o por la frecuencia e inevitabilidad
del contacto. Hay que citar, como ejemplos, el motociclismo, la equitación o el
esquí, el boxeo y las diferentes modalidades de lucha. También elbaloncesto, en
los que grandes masas entran en contacto violento permanentemente. Además,
puede haber también una cierta especificidad según sexo en lacausalidad de
accidentes en un determinado deporte. (Fernández Fairen & Busto Villarreal,
2009, pág. 93)
Impactos psicológicos
en la persona
“Cuando hablamos de lesiones siempre nos remite al cuerpo,
pensamos inmediatamente en una rodilla, un brazo o un pie lesionado, pero tras
una lesión física hay una lesión en la mente, ya que la mente también se
lesiona. Las lesiones deportivas en cualquier parte del cuerpo que ocurran,
influirán siempre tanto en lo físico como en lo emocional del deportista.”
(Florean, 2002)
Es difícil evaluar todos los factores psicológicos
predisponentes y sus efectos desde cada deportista, pero se pueden ir teniendo
en cuenta posibles señales que se anticipan a una lesión, estas pueden ser:
cambios de personalidad o cambios de actitud, factores que en la actualidad
puedan actuar como potencialmente estresantes, antecedentes de lesiones
anteriores, fortaleza psíquica para afrontar las cargas de estrés y las cargas
sociales, fluctuaciones de la motivación, déficits atencionales, variaciones de
estados de ánimo. (Florean, 2002)
Es difícil trabajar en prevención de lesiones desde la
Psicología del Deporte, pero la misma nos ha dado herramientas para colaborar
con el deportista. Estas tienen como objetivo que el deportista vaya
descubriendo sus diferentes estados emocionales y físicos tanto antes como
después de una lesión: aumentando la motivación, estableciendo objetivos
posibles y metas de logro; la autoconfianza, teniendo control de las variables
que lo afectan y que puedan tomar decisiones correctas en el momento adecuado;
trabajar sobre la influencia del estrés, que puedan reconocer todas aquellas
variables que los colocan en una situación estresante y mediante determinadas
técnicas puedan alcanzar su estado optimo; trabajar con los deportistas
suplentes que tienen poca actividad y están menos preparados para los efectos
del estrés en competencia. (Florean, 2002)
La prevención y la
rehabilitación tienen que ser tanto físicas como psicológicas, el deportista
debe llegar en un 100% a la competencia. Obviamente éste es un trabajo que se
debe llevar a cabo en forma interdisciplinaria, tanto el entrenador, el
preparador físico, el médico, el kinesiólogo y el psicólogo deportivo.Se debe
trabajar en forma conjunta tanto en la prevención como en la recuperación de
los deportistas. El psicólogo nada podría hacer sin la aceptación y la
colaboración tanto de los deportistas como del cuerpo técnico. Puede ser que
suene utópico el pensar abordar al deportista desde todos los ángulos pero no
es imposible, y es desde esta perspectiva donde la Psicología del Deporte
actual intenta colaborar, contribuyendo en beneficio con el deporte en
general.(Florean, 2002)
Factores dependientes
Las lesiones
deportivas se pueden dividir en tres grandes categorías, atendiendo a cómo se
han producido. Pueden ser: por contacto, cuando colabora activamente otro
deportista, antagonista o no del lesionado; por autoagresión, cuando es el
propio lesionado el que se lesiona; y por sobrecarga, cuando la lesión es
debida a la repetición cíclica de un gesto deportivo por encima de la capacidad
resistiva de los tejidos solicitados. Las dos primeras clases obedecen a un
episodio en el que se dispensa alta energía y dan pie a lesiones agudas. Las
últimas ocurren después de un cierto tiempo de práctica deportiva y suelen
tener un foco de cronicidad. (Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009,
pág. 93)
Las lesiones
deportivas ocurren con ocasión de la actividad física tanto recreativa como de
competición. Pueden aparecer por accidentes o por sobrecarga y no difieren de
las lesiones que se producen por causas ajenas al ejercicio físico. No se
necesita sólo un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado, sino también
una prevención que contribuya a una sensación de bienestar. La prevención de
lesiones en el deporte depende de una serie de factores físicos, como los son: una adecuada preparación física,
utilización del equipo apropiado, cumplimiento de las reglas o normas del
deporte que se practique, pasar controles de salud, llevar una correcta
alimentación e hidratación y el reposo necesario a aquellas partes del cuerpo
que se sobrecargan con el esfuerzo físico.(Gutierrez Ortega & Palacios,
2001)
Los factores de riesgo de lesión se clasifican en
intrínsecos y extrínsecos. Al llevar a cabo una revisión bibliográfica del
porcentaje de lesiones, es evidente que la mayoría de ellas están causadas por
factores intrínsecos. Los factores extrínsecos al deportista han de estar
totalmente controlados y adaptados a cada situación. No se debería focalizar
tanto en estos factores, ya que la incidencia lesiva por estas causas es mucho
menor que la provocada por los factores inherentes al deportista. Por ellos, es
importante centrar la atención en factores que realmente son determinantes para
la prevención de deportista. Se debería dejar de lado aspectos como la
idoneidad del tipo de tejido con el que debería confeccionarse la ropa interior
del deportista, por poner un ejemplo. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo,
2010, pág. 4)
Tipos de
lesiones y sus causas
¿Por qué ocurren las
lesiones?
Un principio básico es que, frente a una carga determinada
de entrenamiento físico, el organismo responde de manera predecible con una
adaptación tisular específica. Cuando la carga excede los niveles habituales,
el tejido para por un proceso de entrenamiento hasta lograr la adaptación a las
nuevas demandas. Por ejemplo, el entrenamiento de resistencia estimula el
incremento de la producción muscular de proteínas contráctiles. Como
consecuencia las fibras musculares aumentan su tamaño (hipertrofia) y su
cantidad (hiperplasia). Además, el músculo trabajado se adapta específicamente
al entrenamiento aeróbico (orientado a la resistencia) o anaeróbico (orientado
a la fuerza). Este principio de adaptación específica frente a las demandas
impuestas se aplica a todos los tipos de tejido, incluido los huesos, tendones,
ligamentos, músculos y cartílagos. Por consiguiente, se adaptan y se vuelven
más fuertes y elásticos. La posibilidad de que se produzcan lesiones surge
cuando la carga de entrenamiento excede la capacidad tisular de adaptación.
(Bahr & Maehlum, 2007, pág. 4 y 5)
El riesgo de
lesiones por uso excesivo aumenta cuando se incrementa la carga de
entrenamiento, como cuando aumenta la duración, la intensidad o la frecuencia
de las sesiones individuales. Muchas veces éstas aumentan en forma simultánea,
como en el campo de entrenamiento o al comenzar la pretemporada. Por
consiguiente, se suele afirmar que las lesiones por uso excesivo son
secundarias a hacer “demasiado, con demasiada frecuencia, demasiado rápido y
con muy poco reposo”, lo que significa que la carga de entrenamiento aumenta a
un ritmo que excede la capacidad tisular de adaptación. (Bahr & Maehlum,
2007, pág. 5)
Clasificación
de las lesiones
Hay muy diversos tipos de lesiones deportivas según el
parámetro que analicemos. (Trujillo, 2009)
Un prerrequisito para poder comparar estudios en relación
con los tipos de lesión es que los distintos tipos de lesión sean definidos de
una forma similar por diferentes autores. Comúnmente se distingue entre
lesiones por sobreuso (lesiones crónicas) y lesiones por traumatismo (lesiones
agudas), aunque dichas clasificaciones pueden variar considerablemente según
los autores.(Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
De acuerdo con el
mecanismo de lesión y el comienzo de los síntomas, las lesiones se clasifican
en agudas y por uso excesivo. Las lesiones agudas ocurren de manera repentina y
tienen una causa o un comienzo claramente definidos. En contraposición, las
lesiones por uso excesivo se desarrollan en forma gradual. En la mayoría de los
casos es fácil clasificar una lesión como aguda o por uso excesivo. Pero, en
ocasiones, puede ser difícil distinguir entre ambas, sobre todo cuando los
síntomas tienen un inicio agudo y en realidad la lesión es el resultado final
de un proceso crónico. Por ejemplo, es común que un deportista con una fractura
por esfuerzo en el segundo metatarsiano afirme que sus síntomas comenzaron en
el trascurso de una carrera determinada e incluso después de dar un paso
específico. Por consiguiente, la lesión podría clasificarse como aguda. Pero en
realidad, la fractura por esfuerzo se produjo porque el hueso afectado había
sufrido un proceso de fatiga y debilitación por exceso de uso a lo largo del
tiempo. Entonces, este tipo de lesión debería clasificarse como lesión por uso
excesivo. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 3 y 4)
Las lesiones
agudas se refieren a las lesiones deportivas que se producen de repente. Los
ejemplos más comunes son las fracturas de hueso, las distensiones de músculos y
tendones, los esguinces de ligamentos y contusiones, etc. Las lesiones agudas
normalmente producen dolor, hinchazón, edema, fragilidad y la imposibilidad de
usar o cargar el área lesionado. (Walker, 2010, pág. 5)
Las lesiones por
uso excesivo se refieren a las lesiones deportivas que se mantienen durante un
período prolongado de tiempo y son también llamadas crónicas. Ejemplos comunes
de estas lesiones son la tendinitis, la bursitis y las fracturas por estrés.
Las lesiones por uso excesivo, como las agudas, también producen dolor,
hinchazón, sensibilidad, fragilidad y la imposibilidad de usar o cargar el área
lesionada. (Walker, 2010, pág. 5)
También las lesiones por prácticas deportivas se pueden
clasificar en lesiones de partes blandas (cartilaginosas, musculares,
tendinosas y ligamentarias) y lesiones esqueléticas (fracturas). Los distintos
tipos de tejidos tienen propiedades biomecánicas diferenciadas y también
capacidad variable de adaptación al entrenamiento. (Bahr & Maehlum, 2007,
pág. 5)
Del mismo modo en que una lesión deportiva se clasifica en
aguda o por uso excesivo, también se puede clasificar según su gravedad en tres
grados: leve, moderada o grave. (Walker, 2010, pág. 5)
Una lesión deportiva leve produce un dolor e hinchazón
mínimos. No afectará negativamente el rendimiento deportivo y el área afectada
no estará sensible ni se deformará de ningún modo. (Walker, 2010, pág. 5)
Las lesiones deportivas moderadas producen algo de dolor e hinchazón.
Tendrán efecto en la limitación del rendimiento deportivo y el área afectada
estará medianamente sensible. También puede presentarse algún cambio de color
en la zona de la lesión. (Walker, 2010, pág. 5)
Por último, una lesión deportiva grave producirá un
importante dolor e hinchazón. No sólo afectará el rendimiento deportivo, sino
también las actividades diarias habituales. La zona de la lesión normalmente
está muy sensible y son comunes también los cambios de color y las
deformidades. (Walker, 2010, pág. 5)
Tipos de
lesiones
Lesiones musculares
El musculo está
compuesto por un 75% de agua, 20% de proteínas y 5% de sales minerales,
glucógeno y grasa. Hay tres tipos de músculos: esquelético, cardíaco y liso. El
tipo de músculo implicado en el movimiento es el esquelético (también conocido
como estriado o voluntario). Los músculos esqueléticos implican un control
voluntario y sujetan y cubren el esqueleto óseo. (Walker, 2010, pág. 2)
Los músculos
conforman el 40 al 45% de la masa corporal. La estructura muscular constituye
el reflejo de su función principal: la generación de potencia. (Bahr &
Maehlum, 2007, pág. 18)
Se distinguen dos tipos de lesiones musculares según el tipo
de traumatismo: por traumatismo directo, causadas por agentes externos y pueden
ser contusiones y/o heridas; y por traumatismo indirecto, producido
principalmente por factores internos y pueden ser distensión, tirón, desgarro o
ruptura muscular. (Trujillo, 2009)
La contusión es
un traumatismo cerrado sin rotura de piel, que es producido por el choque de
una superficie corporal contra un agente externo que actúa por presión
ocasionando aplastamiento cuando la musculatura se encuentra en tensión. Afecta
desde la piel y tejido subcutáneo hasta huesos según la intensidad del
traumatismo.(Trujillo, 2009)
La herida es una
lesión traumática con rotura de piel producida por un golpe o choque violento.
Se presenta peligro de infección. Las heridas pueden ser punzantes, incisas o
contusas según el agente que la provoca.(Trujillo, 2009)
La distensión es el estiramiento en el músculo sin que se
produzca rotura de fibras musculares ni lesiones anatómicas musculares
localizadas. Provoca un dolor difuso en todo el músculo cuando se le solicita
para una acción.(Trujillo, 2009)
El tirón es una
lesión de mayor afectación que la distensión, produciéndose rotura de fibrillas
musculares, produciendo un pequeño hematoma debido a la rotura de vasos. El
dolor se localiza en esa zona concreta del músculo.(Trujillo, 2009)
El desgarro es
una lesión similar al tirón pero con mayor afectación aumentando la sensación
de dolor, apareciendo hinchazón. Si el desgarro es grande es necesaria la
intervención quirúrgica.(Trujillo, 2009)
La rotura
muscular es la lesión muscular más grave producida por ausencia de sinergismo
entre los músculos agonistas y antagonistas, o por contracción extrema del
músculo. Produce un dolor brusco que se acentúa cuando el músculo se contrae y
se alivia en situación de reposo. La rotura puede ser parcial si sólo afecta a
haces o fibras musculares y total si hay separación entre los haces
musculares.(Trujillo, 2009)
Lesiones tendinosas
Los tendones están constituidos por tejido conjuntivo que
une el músculo con el hueso. Su función esencial es transferir la fuerza desde
los músculos al esqueleto. Así logra producir movilidad y estabilización en la
articulación. Los tendones se componen en un 80 a 90% de colágeno de tipo I. Su
estructura guarda mucha similitud con la de los ligamentos. (Bahr &
Maehlum, 2007, pág. 10)
Las lesiones
tendinosas pueden ser tanto de tipo agudo como por uso excesivo. Las roturas
tendinosas pueden ser parciales o totales y por lo general ocurren en el medio
de la sustancia del tendón, pero también es posible observarlas en la unión
osteotendinosa o como fracturas por avulsión. Ocurren generalmente sin síntomas
ni señales previas. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 10 y 11)
Concluyendo, las
lesiones tendinosas pueden ser dos: la tendinitis, inflamación del tendón,
produciendo un dolor espontáneo en el momento en que hay presión, el dolor se
va calmando conforme aumenta la temperatura corporal y la cantidad de
movimiento; y la tendosinovitis, lesión deportiva caracterizada por la
inflamación de las vainas sinoviales que recubren al tendón, causada por una
contusión y provocando un dolor intenso, apareciendo hinchazón e imposibilidad
de movimiento.(Trujillo, 2009)
Lesiones
ligamentarias
Los ligamentos son estructuras de tejido colágeno que
conectan un hueso con el otro. La función básica es estabilizar las
articulaciones de manera pasiva. Por otra parte, cumplen una importante función
propioceptiva. Están constituidos principalmente por células, fibras de
colágeno y proteoglucanos. La inserción de los ligamentos en el hueso puede ser
de tipo directo o indirecto. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 5)
A diferencia de
los tendones, que están expuestos a sufrir lesiones tanto agudas como por uso
excesivo, la lesión ligamentaria ocurre por lo general como resultado de un
traumatismo agudo. El mecanismo típico de lesión consiste en una sobrecarga
repentina con distención de ligamento mientras la articulación se encuentra en
una posición extrema. Por ejemplo, la inversión traumática del tobillo puede
ocasionar la rotura de los ligamentos laterales. Las roturas pueden producirse
en el interior de la sustancia ligamentosa o en el sitio de unión del hueso con
el ligamento. A veces también se observan fracturas por avulsión, cuando el
ligamento arranca una porción del hueso. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 7)
Lesiones esqueléticas
El esqueleto se compone de huesos. El hueso es un tipo
especial de tejido conjuntivo. Se encuentra en un proceso continuo de
remodelación como consecuencia del complejo interjuego entre cargas mecánicas,
hormonas sistemáticas y homeostasis del calcio. Se clasifica en cortical
(compacto) y trabecular (esponjoso), con funciones y propiedades diferenciadas.
Los huesos largos se componen esencialmente de hueso cortical, mientras que en
las vértebras predomina el hueso trabecular. El esqueleto desempeña varias
funciones importantes, como proteger los órganos subyacentes, proporcionar el
depósito corporal más importante de calcio y, a través de la hematopoyesis que
tiene lugar en la médula de los huesos largos, producir células sanguíneas. Sin
embargo, con respecto al sistema musculoesquelético, su función más importante
es la de palanca del aparato locomotor. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 11 y
12)
Las lesiones
esqueléticas se pueden dividir en periostitis y fracturas. (Trujillo, 2009)
La periostitis es una lesión que causa una inflamación del
periostio (membrana que recubre al hueso). Produce un dolor localizado que
calma con el reposo y vuelve a aparecer con la actividad física mientras hay
inflamación.(Trujillo, 2009)
Las fracturas pueden
clasificarse de diversas formas, pero probablemente la diferencia más
importante es entre fracturas agudas y fracturas de esfuerzo. (Bahr &
Maehlum, 2007, pág. 14)
Las fracturas
agudas son secundarias a un traumatismo agudo que supera la tolerancia de los
tejidos, ya sea por traumatismo directo (por ejemplo, una patada en la pierna)
o indirecto (por ejemplo, torsión de la parte inferior de la pierna). Se pueden
clasificar en transversales, conminutas, oblicuas (o espiraladas) o por
compresión. El tipo e intensidad de la fuerza que ocasionó la fractura
determina por lo general su presentación característica. Las fracturas
transversales suelen ser secundarias a traumatismos directos sobre áreas
pequeñas, mientras que las conminutas responden a traumatismos de alto impacto
sobre áreas más extensas. Las fracturas oblicuas o espiraladas son ocasionadas
por traumatismos indirectos en los que se aplican fuerzas de rotación o torsión
sobre el hueso, y las fracturas por compresión son secundarias a fuerzas
verticales (por ejemplo, compresión hacia debajo de cóndilo femoral sobre el
platillo tibial). (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 14 y 15)
Las fracturas por
esfuerzo, a diferencia de las fracturas agudas, no son necesariamente producto
de un traumatismo desencadenante específico. Existe una continuidad de
reacciones clínicas frente a la carga ósea repetitiva. (Bahr & Maehlum,
2007, pág. 15)
Las fracturas
pueden ser de dos tipos: completas e incompletas. La primera se da cuando se
divide el hueso en dos o más partes. La segunda ocurre cuando la rotura no es
total sobre el eje transversal del hueso y son llamadas fisuras. (Trujillo,
2009)
Prevenciónde
las lesiones
¿Cómo se evitan las
lesiones?
La prevención de lesiones es importante. El deber para con
el paciente es mayor que para con el equipo o una prueba deportiva. Si se
produce una lesión, se valorará antes de dejar que el deportista continúe. Si
su salud corre peligro, se interrumpirá la actividad. Para evitar esto, se debe
realizar se debe realizar un entrenamiento y preparación adecuados antes de
volver a la competición (semanas/meses). Estudiar la fisonomía corporal, la
madurez y la experiencia en competición del deportista. Trazar el perfil del
deportista permite establecer la correspondencia perfecta entre el físico de un
deportista y el tipo de deporte adecuado, o el papel a desempeñar dentro del
equipo. También se debe tener en cuenta las instalaciones deportivas, como el
estado del campo de juego, el mantenimiento del material deportivo, el equipo
para el tratamiento de lesiones, y la contaminación del aire. (Sherry &
Wilson, 2002, pág. 523)
En la actividad
física y deportiva, las lesiones musculoesqueléticas están a la orden del día.
Puede afirmarse que gran parte de éstas son debidas a una falta de prevención a
la hora de acometer la actividad en cuestión. Los medios más adecuados para
prevenir la lesión deportiva son: el calentamiento, el enfriamiento,
acondicionamiento previo, la superficie de contacto, el ambiente, el
conocimiento del deporte y su técnica, y el calzado deportivo. (Medina Jimenez,
2002, pág. 185)
Métodos
preventivos
Entrada en calor
Una apropiada entrada en calor antes del entrenamiento y de
la competición es el prerrequisito para un desempeño óptimo y para evitar una
lesión. La entrada en calor debe comenzar con ejercicios generales de baja
intensidad (como el trote), a fin de aumentar la temperatura corporal, y seguir
con elongaciones para preparar a los músculos y las articulaciones para un
esfuerzo máximo. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 47)
La entrada en
calor constituye una parte fundamental dentro de una sesión de ejercicio
físico. Su finalidad es prevenir lesiones y movilizar al deportista, tanto
física como mentalmente. El calentamiento implica la realización de actividades
a baja intensidad (gimnasia suave, carrera o bicicleta a baja intensidad, salto
con soga, etc.) y el estiramiento de los músculos a ejercitarse. (Medina
Jimenez, 2002, pág. 185)
El resultado de
un mal calentamiento o de su ausencia es, sin lugar a dudas, un bajo nivel de
rendimiento, y en muchas ocasiones puede incluso acarrear lesiones importantes.
Debido a esto debemos dedicarle un tiempo considerable. (Medina Jimenez, 2002,
pág. 185)
Flexibilidad
La flexibilidad
es la combinación de la movilidad articular, la fuerza, la coordinación y la
propiocepción (apreciación de la posición y el equilibrio). En las personas que
van a realizar ejercicio físico es muy importante mantener una adecuada movilidad
(rango de movimiento articular) y flexibilidad articular. Para esto hay que
tener en cuenta varios factores: la temperatura de los tejidos obtenida durante
el calentamiento, el grado de activación neuromuscular, la elasticidad de los
músculos, tendones, ligamentos y cápsulas articulares, la edad y las
características psicológicas. La flexibilidad articular no es igual en todas
las articulaciones. Se va perdiendo con la edad y suele ser mejor en las
mujeres. Es muy importante para mejorar el rendimiento y para evitar las
lesiones. Los ejercicios de flexibilidad articular también deben estar
incluidos tanto en la fase de calentamiento como en la de enfriamiento y sobre
todo en los periodos de entrenamiento intensivo. La coordinación y la
propiocepción requieren gran entrenamiento para su desarrollo. Se afectan mucho
después de una lesión. Son muy necesarias para la correcta integración de los
nervios, los músculos y las articulaciones en la ejecución de un
movimiento.(Gutierrez Ortega & Palacios, 2001)
Equipo protector
El equipo protector
es una de las medidas mejor documentadas en la prevención de lesiones por los
deportes. Es crucial que los deportistas lo usen (por ejemplo, anteojos,
cascos, protectores bucales, ortesis y almohadillas para piernas y brazos)
apropiadamente ajustados. El equipo protector en el campo de juego (por
ejemplo, colocación de redes de seguridad a la pista de esquí alpino y las
plataformas acolchadas para el árbitro en el voleibol) también debe ser
minuciosamente examinado. Las superficies del campo de juego deben ser
evaluadas. Por ejemplo, gotas de resina dura en el patio de balonmano puede
crear zonas de mucha fricción. La clave para el departamento médico es
asegurarse de que los elementos potencialmente peligrosos no se encuentren en
el campo de juego o en la pista y que esté rellenado de manera responsable. Los
equipos protectores desgastados o dañados deben remplazarse por otro nuevos.
(Bahr & Maehlum, 2007, pág. 47 y 48)
Progresión adecuada
del entrenamiento
La práctica del ejercicio físico aporta muchos beneficios a
nuestro aparato locomotor. Sin embargo, si esta práctica no esta
convenientemente planificada y no respetamos los principios fundamentales del
entrenamiento, no sólo no obtendremos sus beneficios, sino que podemos fomentar
la aparición de lesiones deportivas. Para no equivocarnos a la hora de
planificar las cargas es importante conocer cómo se adaptan las distintas
estructuras anatómicas y los materiales biológicos de los que se componen las
cargas de entrenamiento. (Izquierdo, 2008, pág. 519)
Uno de los
factores de riesgo más importante para las lesiones es por uso excesivo es
aumentar la carga del entrenamiento muy rápido. Sin embargo, si el deportista
va a incrementar su rendimiento, debe aumentar se carga de entrenamiento más
allá de lo que estaba acostumbrado. Para lograr este objetivo, debe incrementar
su magnitud, su duración y su frecuencia, o elegir nuevos tipos de
entrenamiento. Los cambios de carga deben planificarse bien y hay que prestar
mucha atención al riesgo de lesiones por uso excesivo.
El caso específico
del calzado deportivo
Al hablar de esto hay que tener in mente, volviendo a
insistir en lo dicho antes,las importantes variaciones individuales que suponen
una gran variedad de pies y la necesidad de personalizar la elección del
calzado. El pie se ha catalogado clásicamente según su longitud y es
obligatorio pensar no sólo en eso, sino tener en cuenta que además presenta un
ancho y un alto. Las tres dimensiones deben ser igualmente consideradas cuando
se enfrenta uno a la selección de un calzado deportivo. (Fernández Fairen &
Busto Villarreal, 2009, pág. 97)
El calzado deportivo debe reunir una serie de condiciones
que vienen representadas en la figura.Ha de ser ventilado, transpirable, sin
puntos de presión tales como costuras, ojales, cordones, etc., con una
suficiente cámara para los dedos y una rigidez suficiente de puntera y suela
que preserve de los impactos y de la hiperextensión excesiva de los dedos. Si
no se cumplenestas condiciones, los microtraumatismos repetidos desencadenan
patología a nivel ungueal y en las articulaciones metatarso-falángicas e
interfalángicas, siendo característico el Hallux Rigidus secundario a ello. Un
buen calzado es también capaz de disminuir los impactos y controlar los
desplazamientos del pie, sobre todo si por el uso el pie tiende al cavo o al
plano respectivamente.(Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 97)
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