viernes, 7 de junio de 2013

Prevención de lesiones en el deporte

Índice
§  Introducción           
o   ¿De qué hablaremos?        
§  Conocimiento y valoración de las lesiones
o   Concepto de lesión             
o   Problemáticas sociales que ocasionan las lesiones               
o   Estudios, evaluaciones y estadísticas          
o   Impactos psicológicos en la persona           
o   Factores dependientes     
§  Tipos de lesiones y sus causas        
o   ¿Por qué ocurren las lesiones?      
o   Clasificación de las lesiones             
§  Tipos de lesiones  
o   Lesiones musculares          
o   Lesiones tendinosas           
o   Lesiones ligamentarias      
o   Lesiones esqueléticas        
§  Prevención de las lesiones               
o   ¿Cómo se evitan las lesiones?        
§  Métodos preventivos        
o   Entrada en calor    
o   Flexibilidad              
o   Equipo protector  
o   Progresión adecuada del entrenamiento 
o   El caso específico del calzado deportivo    
§  Bibliografía              


Introducción
¿De qué hablaremos?
Más vale prevenir que curar (refrán castellano, atribuido a Erasmo de Rotterdam con una variación mínima). Aunque se concede la paternidad a este humanista de prestigio, en la práctica cotidiana es completamente acertado, como lo demuestra su uso común entre la gente: la sabiduría popular. (Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 93)
     “Todos los especialistas y profesionales relacionados con la educación física y la medicina recomiendan a todo tipo de personas la práctica frecuente de ejercicio físico, para provocar efectos beneficiosos y saludables en el organismo, así como aumentar la calidad de vida.” (Trujillo, 2009)
La práctica de este ejercicio físico puede conllevar en singulares ocasiones riesgos para la salud, provocando lesiones en el sujeto que la práctica. (Trujillo, 2009)
El mundo del deporte, y el de la alta competición especialmente, comporta un considerable riesgo de sufrir lesiones por su nivel de exigencia física y psíquica. El origen multifactorial de las lesiones complica la identificación de los factores de riesgo y la búsqueda de estrategias para su prevención. Desde la publicación en 1992 del “Modelo secuencial para la prevención de lesiones” de Van Mechelen, diferentes grupos han aportado nuevos criterios de análisis con el objetivo de determinar, desde una perspectiva científica, la eficacia y la eficiencia de dichos modelos. El primer paso ha sido siempre definir cuál es la magnitud real del problema.(Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 95)
Conocimiento y valoración de las lesiones
Concepto de lesión
     “Lesión” es el daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una enfermedad. Según esta definición podemos decir que una lesión deportiva es el daño que se produce en el cuerpo humano como consecuencia de la práctica deportiva. Lesión deportiva sería el daño que se produce en un determinado tejido como resultado de la práctica deportiva o actividad física. (Trujillo, 2009)
En la mayoría de las definiciones de lesión, el concepto “tiempo perdido” aparece como la constante más repetida. Se refiere a la ausencia de un día, en dos o hasta períodos de una semana. (Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
Una lesión que ocurre durante el horario de sesión de entrenamiento causa una ausencia para la siguiente sesión. (Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
     También sería apropiado incluir las lesiones que obligan al jugador a interrumpir el entrenamiento o a ser sustituido. Esto tiene como objetivo no perder información en aquellas situaciones en las que las sesiones de entrenamiento son menos frecuentes. (Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
     La existencia de lesiones se traduce en una gran pérdida del número de entrenamientos y competiciones por deportista lesionado. Además, dicha falta se traduce en pérdida de la condición física, lo que conlleva períodos más prolongados sin estar con las cualidades adecuadas para afrontar una competición.(Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 17)
Mientras que una lesión física en general puede ser definida como cualquier tensión en el cuerpo que impide que el organismo funcione adecuadamente y da como resultado que el cuerpo precise un proceso de reparación, una lesión deportiva se puede además como cualquier tipo de lesión, dolor o daño físico que se produce como resultado del deporte, la actividad física o el ejercicio. (Walker, 2010, pág. 2)
La definición de lesión por práctica deportiva sería el daño tisular que se produce como resultado de la participación en deportes o ejercicios físicos. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 3)
Problemáticas sociales que ocasionan las lesiones
Existe un gran impacto de salud y económico en el deporte profesional y debido a la gran incidencia lesiva existente. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 14)
     En el deporte amateur el nivel de incidencia lesiva es el mismo, lo que conlleva a un gasto económico muy importante para la salud pública y privada. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 16)
La falta de movimiento es una de las consecuencias más perjudiciales de nuestra civilización; el mundo laboral exige pocas veces grandes esfuerzos corporales en las personas. En el creciente interés por las actividades deportivas (más de un 20% de nuestra población son socios de una asociación deportiva) se hace visible un proceso de equilibrio biológico. El interés por el deporte durante el tiempo de ocio, tanto en la juventud como en la edad adulta, se ha incrementado. Lo que también nos lleva a un incremento en los riesgos de lesiones por parte de dichas personas. (Hüter-Becker, Schewe, & Heipertz, 2005, pág. 1)
En consecuencia, las lesiones contribuyen un problema importante en el ámbito deportivo, la sociedad en general y las personas afectadas.Sin embargo, la influencia de las lesiones deportivas es menos grave para la sociedad que las lesiones por accidentes de tránsito o que los accidentes ocupacionales. Éstos últimos son los dos tipos de lesiones personales que producen los mayores gastos para la sociedad. No obstante, muchas publicaciones señalan que los beneficios de la salud proporcionados por la actividad física regular exceden el riesgo de una lesión asociada con los deportes. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 41)
Estudios, evaluaciones y estadísticas
En estudios realizados en Finlandia se observa que los ex atletas viven más que los no deportistas. Esto se debe a que poseen menor incidencia de cáncer, enfermedades pulmonares, cardíacas o vasculares. Los ex atletas de elite tienen también un índice de internación menor, aunque presentan un mayor riesgo de problemas musculo-esqueléticos y óseos. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 41)
     Como se ha podido comprobar, existe un aspecto positivo en la evolución de los registros relacionados con la incidencia de lesiones. Actualmente la recogida de datos se realiza por cada 1.000 horas de juego. Este método considera la frecuencia de la incidencia de lesiones, el número de nuevas lesiones que se dan en una población de riesgo durante un período determinado y el número de nuevas lesiones que se producen durante un período dividido por el número total de deportistas. El concepto epidemiológico de incidencia lesiva ha de tener en cuenta la exposición al riesgo. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 17)
Para evaluar el riesgo de lesión, el factor “exposición al riesgo” debe ser considerado. Con el objetivo de un análisis preciso se recomienda contabilizar las lesiones por cada 1.000 horas de exposición. Esta exposición se refiere a cada sujeto de forma individual y debe estar basada en la participación real y no estimada.(Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 98)
A continuación se mostrará un ejemplo para entender esta última idea de exposición al riesgo en horas de juego y forma de cálculo: en la liga española de fútbol un partido dura 90 minutos, que representan 1,5 horas. Si en un equipo existen 11 jugadores compitiendo de forma simultánea, las horas de riesgo resultarán de multiplicar 11 por 1,5 y esto hace un total de 16,5 horas de exposición durante un partido. Si se tiene en cuenta el conjunto de la liga de fútbol, se debe pensar que existen 20 equipos que disputan 38 jornadas y que en cada jornada hay 10 partidos. Esto quiere decir que existen 380 partidos a disputar en una temporada. Por tanto, el número de horas de exposición al riesgo en la liga española de fútbol es de 12.540 horas. Para obtener el índice por cada 1.000 horas de juego, se divide la variable que se quiera (por ejemplo, el total de lesiones o bien una lesión en particular) por el conjunto de horas de exposición al riesgo, para después multiplicarlo por 1.000. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 17)
Hay deportes que favorecen la producción de lesiones por la energía dispensada en el mismo, violencia, o por la frecuencia e inevitabilidad del contacto. Hay que citar, como ejemplos, el motociclismo, la equitación o el esquí, el boxeo y las diferentes modalidades de lucha. También elbaloncesto, en los que grandes masas entran en contacto violento permanentemente. Además, puede haber también una cierta especificidad según sexo en lacausalidad de accidentes en un determinado deporte. (Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 93)
Impactos psicológicos en la persona
“Cuando hablamos de lesiones siempre nos remite al cuerpo, pensamos inmediatamente en una rodilla, un brazo o un pie lesionado, pero tras una lesión física hay una lesión en la mente, ya que la mente también se lesiona. Las lesiones deportivas en cualquier parte del cuerpo que ocurran, influirán siempre tanto en lo físico como en lo emocional del deportista.” (Florean, 2002)
Es difícil evaluar todos los factores psicológicos predisponentes y sus efectos desde cada deportista, pero se pueden ir teniendo en cuenta posibles señales que se anticipan a una lesión, estas pueden ser: cambios de personalidad o cambios de actitud, factores que en la actualidad puedan actuar como potencialmente estresantes, antecedentes de lesiones anteriores, fortaleza psíquica para afrontar las cargas de estrés y las cargas sociales, fluctuaciones de la motivación, déficits atencionales, variaciones de estados de ánimo. (Florean, 2002)
Es difícil trabajar en prevención de lesiones desde la Psicología del Deporte, pero la misma nos ha dado herramientas para colaborar con el deportista. Estas tienen como objetivo que el deportista vaya descubriendo sus diferentes estados emocionales y físicos tanto antes como después de una lesión: aumentando la motivación, estableciendo objetivos posibles y metas de logro; la autoconfianza, teniendo control de las variables que lo afectan y que puedan tomar decisiones correctas en el momento adecuado; trabajar sobre la influencia del estrés, que puedan reconocer todas aquellas variables que los colocan en una situación estresante y mediante determinadas técnicas puedan alcanzar su estado optimo; trabajar con los deportistas suplentes que tienen poca actividad y están menos preparados para los efectos del estrés en competencia. (Florean, 2002)
    La prevención y la rehabilitación tienen que ser tanto físicas como psicológicas, el deportista debe llegar en un 100% a la competencia. Obviamente éste es un trabajo que se debe llevar a cabo en forma interdisciplinaria, tanto el entrenador, el preparador físico, el médico, el kinesiólogo y el psicólogo deportivo.Se debe trabajar en forma conjunta tanto en la prevención como en la recuperación de los deportistas. El psicólogo nada podría hacer sin la aceptación y la colaboración tanto de los deportistas como del cuerpo técnico. Puede ser que suene utópico el pensar abordar al deportista desde todos los ángulos pero no es imposible, y es desde esta perspectiva donde la Psicología del Deporte actual intenta colaborar, contribuyendo en beneficio con el deporte en general.(Florean, 2002)
Factores dependientes
     Las lesiones deportivas se pueden dividir en tres grandes categorías, atendiendo a cómo se han producido. Pueden ser: por contacto, cuando colabora activamente otro deportista, antagonista o no del lesionado; por autoagresión, cuando es el propio lesionado el que se lesiona; y por sobrecarga, cuando la lesión es debida a la repetición cíclica de un gesto deportivo por encima de la capacidad resistiva de los tejidos solicitados. Las dos primeras clases obedecen a un episodio en el que se dispensa alta energía y dan pie a lesiones agudas. Las últimas ocurren después de un cierto tiempo de práctica deportiva y suelen tener un foco de cronicidad. (Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 93)
     Las lesiones deportivas ocurren con ocasión de la actividad física tanto recreativa como de competición. Pueden aparecer por accidentes o por sobrecarga y no difieren de las lesiones que se producen por causas ajenas al ejercicio físico. No se necesita sólo un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado, sino también una prevención que contribuya a una sensación de bienestar. La prevención de lesiones en el deporte depende de una serie de factores físicos, como  los son: una adecuada preparación física, utilización del equipo apropiado, cumplimiento de las reglas o normas del deporte que se practique, pasar controles de salud, llevar una correcta alimentación e hidratación y el reposo necesario a aquellas partes del cuerpo que se sobrecargan con el esfuerzo físico.(Gutierrez Ortega & Palacios, 2001)
Los factores de riesgo de lesión se clasifican en intrínsecos y extrínsecos. Al llevar a cabo una revisión bibliográfica del porcentaje de lesiones, es evidente que la mayoría de ellas están causadas por factores intrínsecos. Los factores extrínsecos al deportista han de estar totalmente controlados y adaptados a cada situación. No se debería focalizar tanto en estos factores, ya que la incidencia lesiva por estas causas es mucho menor que la provocada por los factores inherentes al deportista. Por ellos, es importante centrar la atención en factores que realmente son determinantes para la prevención de deportista. Se debería dejar de lado aspectos como la idoneidad del tipo de tejido con el que debería confeccionarse la ropa interior del deportista, por poner un ejemplo. (Romero Rodríguez & Tous Fajardo, 2010, pág. 4)
Tipos de lesiones y sus causas
¿Por qué ocurren las lesiones?
Un principio básico es que, frente a una carga determinada de entrenamiento físico, el organismo responde de manera predecible con una adaptación tisular específica. Cuando la carga excede los niveles habituales, el tejido para por un proceso de entrenamiento hasta lograr la adaptación a las nuevas demandas. Por ejemplo, el entrenamiento de resistencia estimula el incremento de la producción muscular de proteínas contráctiles. Como consecuencia las fibras musculares aumentan su tamaño (hipertrofia) y su cantidad (hiperplasia). Además, el músculo trabajado se adapta específicamente al entrenamiento aeróbico (orientado a la resistencia) o anaeróbico (orientado a la fuerza). Este principio de adaptación específica frente a las demandas impuestas se aplica a todos los tipos de tejido, incluido los huesos, tendones, ligamentos, músculos y cartílagos. Por consiguiente, se adaptan y se vuelven más fuertes y elásticos. La posibilidad de que se produzcan lesiones surge cuando la carga de entrenamiento excede la capacidad tisular de adaptación. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 4 y 5)
     El riesgo de lesiones por uso excesivo aumenta cuando se incrementa la carga de entrenamiento, como cuando aumenta la duración, la intensidad o la frecuencia de las sesiones individuales. Muchas veces éstas aumentan en forma simultánea, como en el campo de entrenamiento o al comenzar la pretemporada. Por consiguiente, se suele afirmar que las lesiones por uso excesivo son secundarias a hacer “demasiado, con demasiada frecuencia, demasiado rápido y con muy poco reposo”, lo que significa que la carga de entrenamiento aumenta a un ritmo que excede la capacidad tisular de adaptación. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 5)
Clasificación de las lesiones
Hay muy diversos tipos de lesiones deportivas según el parámetro que analicemos. (Trujillo, 2009)
Un prerrequisito para poder comparar estudios en relación con los tipos de lesión es que los distintos tipos de lesión sean definidos de una forma similar por diferentes autores. Comúnmente se distingue entre lesiones por sobreuso (lesiones crónicas) y lesiones por traumatismo (lesiones agudas), aunque dichas clasificaciones pueden variar considerablemente según los autores.(Cos, Cos, Buenaventura, Pruna, & Ekstrand, 2010, pág. 100)
     De acuerdo con el mecanismo de lesión y el comienzo de los síntomas, las lesiones se clasifican en agudas y por uso excesivo. Las lesiones agudas ocurren de manera repentina y tienen una causa o un comienzo claramente definidos. En contraposición, las lesiones por uso excesivo se desarrollan en forma gradual. En la mayoría de los casos es fácil clasificar una lesión como aguda o por uso excesivo. Pero, en ocasiones, puede ser difícil distinguir entre ambas, sobre todo cuando los síntomas tienen un inicio agudo y en realidad la lesión es el resultado final de un proceso crónico. Por ejemplo, es común que un deportista con una fractura por esfuerzo en el segundo metatarsiano afirme que sus síntomas comenzaron en el trascurso de una carrera determinada e incluso después de dar un paso específico. Por consiguiente, la lesión podría clasificarse como aguda. Pero en realidad, la fractura por esfuerzo se produjo porque el hueso afectado había sufrido un proceso de fatiga y debilitación por exceso de uso a lo largo del tiempo. Entonces, este tipo de lesión debería clasificarse como lesión por uso excesivo. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 3 y 4)
     Las lesiones agudas se refieren a las lesiones deportivas que se producen de repente. Los ejemplos más comunes son las fracturas de hueso, las distensiones de músculos y tendones, los esguinces de ligamentos y contusiones, etc. Las lesiones agudas normalmente producen dolor, hinchazón, edema, fragilidad y la imposibilidad de usar o cargar el área lesionado. (Walker, 2010, pág. 5)
     Las lesiones por uso excesivo se refieren a las lesiones deportivas que se mantienen durante un período prolongado de tiempo y son también llamadas crónicas. Ejemplos comunes de estas lesiones son la tendinitis, la bursitis y las fracturas por estrés. Las lesiones por uso excesivo, como las agudas, también producen dolor, hinchazón, sensibilidad, fragilidad y la imposibilidad de usar o cargar el área lesionada. (Walker, 2010, pág. 5)
También las lesiones por prácticas deportivas se pueden clasificar en lesiones de partes blandas (cartilaginosas, musculares, tendinosas y ligamentarias) y lesiones esqueléticas (fracturas). Los distintos tipos de tejidos tienen propiedades biomecánicas diferenciadas y también capacidad variable de adaptación al entrenamiento. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 5)
Del mismo modo en que una lesión deportiva se clasifica en aguda o por uso excesivo, también se puede clasificar según su gravedad en tres grados: leve, moderada o grave. (Walker, 2010, pág. 5)
Una lesión deportiva leve produce un dolor e hinchazón mínimos. No afectará negativamente el rendimiento deportivo y el área afectada no estará sensible ni se deformará de ningún modo. (Walker, 2010, pág. 5)
Las lesiones deportivas moderadas producen algo de dolor e hinchazón. Tendrán efecto en la limitación del rendimiento deportivo y el área afectada estará medianamente sensible. También puede presentarse algún cambio de color en la zona de la lesión. (Walker, 2010, pág. 5)
Por último, una lesión deportiva grave producirá un importante dolor e hinchazón. No sólo afectará el rendimiento deportivo, sino también las actividades diarias habituales. La zona de la lesión normalmente está muy sensible y son comunes también los cambios de color y las deformidades. (Walker, 2010, pág. 5)
Tipos de lesiones
Lesiones musculares
     El musculo está compuesto por un 75% de agua, 20% de proteínas y 5% de sales minerales, glucógeno y grasa. Hay tres tipos de músculos: esquelético, cardíaco y liso. El tipo de músculo implicado en el movimiento es el esquelético (también conocido como estriado o voluntario). Los músculos esqueléticos implican un control voluntario y sujetan y cubren el esqueleto óseo. (Walker, 2010, pág. 2)
     Los músculos conforman el 40 al 45% de la masa corporal. La estructura muscular constituye el reflejo de su función principal: la generación de potencia. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 18)
Se distinguen dos tipos de lesiones musculares según el tipo de traumatismo: por traumatismo directo, causadas por agentes externos y pueden ser contusiones y/o heridas; y por traumatismo indirecto, producido principalmente por factores internos y pueden ser distensión, tirón, desgarro o ruptura muscular. (Trujillo, 2009)
     La contusión es un traumatismo cerrado sin rotura de piel, que es producido por el choque de una superficie corporal contra un agente externo que actúa por presión ocasionando aplastamiento cuando la musculatura se encuentra en tensión. Afecta desde la piel y tejido subcutáneo hasta huesos según la intensidad del traumatismo.(Trujillo, 2009)
     La herida es una lesión traumática con rotura de piel producida por un golpe o choque violento. Se presenta peligro de infección. Las heridas pueden ser punzantes, incisas o contusas según el agente que la provoca.(Trujillo, 2009)
La distensión es el estiramiento en el músculo sin que se produzca rotura de fibras musculares ni lesiones anatómicas musculares localizadas. Provoca un dolor difuso en todo el músculo cuando se le solicita para una acción.(Trujillo, 2009)
     El tirón es una lesión de mayor afectación que la distensión, produciéndose rotura de fibrillas musculares, produciendo un pequeño hematoma debido a la rotura de vasos. El dolor se localiza en esa zona concreta del músculo.(Trujillo, 2009)
     El desgarro es una lesión similar al tirón pero con mayor afectación aumentando la sensación de dolor, apareciendo hinchazón. Si el desgarro es grande es necesaria la intervención quirúrgica.(Trujillo, 2009)
     La rotura muscular es la lesión muscular más grave producida por ausencia de sinergismo entre los músculos agonistas y antagonistas, o por contracción extrema del músculo. Produce un dolor brusco que se acentúa cuando el músculo se contrae y se alivia en situación de reposo. La rotura puede ser parcial si sólo afecta a haces o fibras musculares y total si hay separación entre los haces musculares.(Trujillo, 2009)
Lesiones tendinosas
Los tendones están constituidos por tejido conjuntivo que une el músculo con el hueso. Su función esencial es transferir la fuerza desde los músculos al esqueleto. Así logra producir movilidad y estabilización en la articulación. Los tendones se componen en un 80 a 90% de colágeno de tipo I. Su estructura guarda mucha similitud con la de los ligamentos. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 10)
     Las lesiones tendinosas pueden ser tanto de tipo agudo como por uso excesivo. Las roturas tendinosas pueden ser parciales o totales y por lo general ocurren en el medio de la sustancia del tendón, pero también es posible observarlas en la unión osteotendinosa o como fracturas por avulsión. Ocurren generalmente sin síntomas ni señales previas. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 10 y 11)
     Concluyendo, las lesiones tendinosas pueden ser dos: la tendinitis, inflamación del tendón, produciendo un dolor espontáneo en el momento en que hay presión, el dolor se va calmando conforme aumenta la temperatura corporal y la cantidad de movimiento; y la tendosinovitis, lesión deportiva caracterizada por la inflamación de las vainas sinoviales que recubren al tendón, causada por una contusión y provocando un dolor intenso, apareciendo hinchazón e imposibilidad de movimiento.(Trujillo, 2009)
Lesiones ligamentarias
Los ligamentos son estructuras de tejido colágeno que conectan un hueso con el otro. La función básica es estabilizar las articulaciones de manera pasiva. Por otra parte, cumplen una importante función propioceptiva. Están constituidos principalmente por células, fibras de colágeno y proteoglucanos. La inserción de los ligamentos en el hueso puede ser de tipo directo o indirecto. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 5)
     A diferencia de los tendones, que están expuestos a sufrir lesiones tanto agudas como por uso excesivo, la lesión ligamentaria ocurre por lo general como resultado de un traumatismo agudo. El mecanismo típico de lesión consiste en una sobrecarga repentina con distención de ligamento mientras la articulación se encuentra en una posición extrema. Por ejemplo, la inversión traumática del tobillo puede ocasionar la rotura de los ligamentos laterales. Las roturas pueden producirse en el interior de la sustancia ligamentosa o en el sitio de unión del hueso con el ligamento. A veces también se observan fracturas por avulsión, cuando el ligamento arranca una porción del hueso. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 7)
Lesiones esqueléticas
El esqueleto se compone de huesos. El hueso es un tipo especial de tejido conjuntivo. Se encuentra en un proceso continuo de remodelación como consecuencia del complejo interjuego entre cargas mecánicas, hormonas sistemáticas y homeostasis del calcio. Se clasifica en cortical (compacto) y trabecular (esponjoso), con funciones y propiedades diferenciadas. Los huesos largos se componen esencialmente de hueso cortical, mientras que en las vértebras predomina el hueso trabecular. El esqueleto desempeña varias funciones importantes, como proteger los órganos subyacentes, proporcionar el depósito corporal más importante de calcio y, a través de la hematopoyesis que tiene lugar en la médula de los huesos largos, producir células sanguíneas. Sin embargo, con respecto al sistema musculoesquelético, su función más importante es la de palanca del aparato locomotor. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 11 y 12)
     Las lesiones esqueléticas se pueden dividir en periostitis y fracturas. (Trujillo, 2009)
La periostitis es una lesión que causa una inflamación del periostio (membrana que recubre al hueso). Produce un dolor localizado que calma con el reposo y vuelve a aparecer con la actividad física mientras hay inflamación.(Trujillo, 2009)
     Las fracturas pueden clasificarse de diversas formas, pero probablemente la diferencia más importante es entre fracturas agudas y fracturas de esfuerzo. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 14)
     Las fracturas agudas son secundarias a un traumatismo agudo que supera la tolerancia de los tejidos, ya sea por traumatismo directo (por ejemplo, una patada en la pierna) o indirecto (por ejemplo, torsión de la parte inferior de la pierna). Se pueden clasificar en transversales, conminutas, oblicuas (o espiraladas) o por compresión. El tipo e intensidad de la fuerza que ocasionó la fractura determina por lo general su presentación característica. Las fracturas transversales suelen ser secundarias a traumatismos directos sobre áreas pequeñas, mientras que las conminutas responden a traumatismos de alto impacto sobre áreas más extensas. Las fracturas oblicuas o espiraladas son ocasionadas por traumatismos indirectos en los que se aplican fuerzas de rotación o torsión sobre el hueso, y las fracturas por compresión son secundarias a fuerzas verticales (por ejemplo, compresión hacia debajo de cóndilo femoral sobre el platillo tibial). (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 14 y 15)
     Las fracturas por esfuerzo, a diferencia de las fracturas agudas, no son necesariamente producto de un traumatismo desencadenante específico. Existe una continuidad de reacciones clínicas frente a la carga ósea repetitiva. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 15)
     Las fracturas pueden ser de dos tipos: completas e incompletas. La primera se da cuando se divide el hueso en dos o más partes. La segunda ocurre cuando la rotura no es total sobre el eje transversal del hueso y son llamadas fisuras. (Trujillo, 2009)
Prevenciónde las lesiones
¿Cómo se evitan las lesiones?
La prevención de lesiones es importante. El deber para con el paciente es mayor que para con el equipo o una prueba deportiva. Si se produce una lesión, se valorará antes de dejar que el deportista continúe. Si su salud corre peligro, se interrumpirá la actividad. Para evitar esto, se debe realizar se debe realizar un entrenamiento y preparación adecuados antes de volver a la competición (semanas/meses). Estudiar la fisonomía corporal, la madurez y la experiencia en competición del deportista. Trazar el perfil del deportista permite establecer la correspondencia perfecta entre el físico de un deportista y el tipo de deporte adecuado, o el papel a desempeñar dentro del equipo. También se debe tener en cuenta las instalaciones deportivas, como el estado del campo de juego, el mantenimiento del material deportivo, el equipo para el tratamiento de lesiones, y la contaminación del aire. (Sherry & Wilson, 2002, pág. 523)
     En la actividad física y deportiva, las lesiones musculoesqueléticas están a la orden del día. Puede afirmarse que gran parte de éstas son debidas a una falta de prevención a la hora de acometer la actividad en cuestión. Los medios más adecuados para prevenir la lesión deportiva son: el calentamiento, el enfriamiento, acondicionamiento previo, la superficie de contacto, el ambiente, el conocimiento del deporte y su técnica, y el calzado deportivo. (Medina Jimenez, 2002, pág. 185)
Métodos preventivos
Entrada en calor
Una apropiada entrada en calor antes del entrenamiento y de la competición es el prerrequisito para un desempeño óptimo y para evitar una lesión. La entrada en calor debe comenzar con ejercicios generales de baja intensidad (como el trote), a fin de aumentar la temperatura corporal, y seguir con elongaciones para preparar a los músculos y las articulaciones para un esfuerzo máximo. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 47)
     La entrada en calor constituye una parte fundamental dentro de una sesión de ejercicio físico. Su finalidad es prevenir lesiones y movilizar al deportista, tanto física como mentalmente. El calentamiento implica la realización de actividades a baja intensidad (gimnasia suave, carrera o bicicleta a baja intensidad, salto con soga, etc.) y el estiramiento de los músculos a ejercitarse. (Medina Jimenez, 2002, pág. 185)
     El resultado de un mal calentamiento o de su ausencia es, sin lugar a dudas, un bajo nivel de rendimiento, y en muchas ocasiones puede incluso acarrear lesiones importantes. Debido a esto debemos dedicarle un tiempo considerable. (Medina Jimenez, 2002, pág. 185)
Flexibilidad
     La flexibilidad es la combinación de la movilidad articular, la fuerza, la coordinación y la propiocepción (apreciación de la posición y el equilibrio). En las personas que van a realizar ejercicio físico es muy importante mantener una adecuada movilidad (rango de movimiento articular) y flexibilidad articular. Para esto hay que tener en cuenta varios factores: la temperatura de los tejidos obtenida durante el calentamiento, el grado de activación neuromuscular, la elasticidad de los músculos, tendones, ligamentos y cápsulas articulares, la edad y las características psicológicas. La flexibilidad articular no es igual en todas las articulaciones. Se va perdiendo con la edad y suele ser mejor en las mujeres. Es muy importante para mejorar el rendimiento y para evitar las lesiones. Los ejercicios de flexibilidad articular también deben estar incluidos tanto en la fase de calentamiento como en la de enfriamiento y sobre todo en los periodos de entrenamiento intensivo. La coordinación y la propiocepción requieren gran entrenamiento para su desarrollo. Se afectan mucho después de una lesión. Son muy necesarias para la correcta integración de los nervios, los músculos y las articulaciones en la ejecución de un movimiento.(Gutierrez Ortega & Palacios, 2001)
Equipo protector
El equipo  protector es una de las medidas mejor documentadas en la prevención de lesiones por los deportes. Es crucial que los deportistas lo usen (por ejemplo, anteojos, cascos, protectores bucales, ortesis y almohadillas para piernas y brazos) apropiadamente ajustados. El equipo protector en el campo de juego (por ejemplo, colocación de redes de seguridad a la pista de esquí alpino y las plataformas acolchadas para el árbitro en el voleibol) también debe ser minuciosamente examinado. Las superficies del campo de juego deben ser evaluadas. Por ejemplo, gotas de resina dura en el patio de balonmano puede crear zonas de mucha fricción. La clave para el departamento médico es asegurarse de que los elementos potencialmente peligrosos no se encuentren en el campo de juego o en la pista y que esté rellenado de manera responsable. Los equipos protectores desgastados o dañados deben remplazarse por otro nuevos. (Bahr & Maehlum, 2007, pág. 47 y 48)
Progresión adecuada del entrenamiento
La práctica del ejercicio físico aporta muchos beneficios a nuestro aparato locomotor. Sin embargo, si esta práctica no esta convenientemente planificada y no respetamos los principios fundamentales del entrenamiento, no sólo no obtendremos sus beneficios, sino que podemos fomentar la aparición de lesiones deportivas. Para no equivocarnos a la hora de planificar las cargas es importante conocer cómo se adaptan las distintas estructuras anatómicas y los materiales biológicos de los que se componen las cargas de entrenamiento. (Izquierdo, 2008, pág. 519)
     Uno de los factores de riesgo más importante para las lesiones es por uso excesivo es aumentar la carga del entrenamiento muy rápido. Sin embargo, si el deportista va a incrementar su rendimiento, debe aumentar se carga de entrenamiento más allá de lo que estaba acostumbrado. Para lograr este objetivo, debe incrementar su magnitud, su duración y su frecuencia, o elegir nuevos tipos de entrenamiento. Los cambios de carga deben planificarse bien y hay que prestar mucha atención al riesgo de lesiones por uso excesivo.
El caso específico del calzado deportivo
Al hablar de esto hay que tener in mente, volviendo a insistir en lo dicho antes,las importantes variaciones individuales que suponen una gran variedad de pies y la necesidad de personalizar la elección del calzado. El pie se ha catalogado clásicamente según su longitud y es obligatorio pensar no sólo en eso, sino tener en cuenta que además presenta un ancho y un alto. Las tres dimensiones deben ser igualmente consideradas cuando se enfrenta uno a la selección de un calzado deportivo. (Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 97)
El calzado deportivo debe reunir una serie de condiciones que vienen representadas en la figura.Ha de ser ventilado, transpirable, sin puntos de presión tales como costuras, ojales, cordones, etc., con una suficiente cámara para los dedos y una rigidez suficiente de puntera y suela que preserve de los impactos y de la hiperextensión excesiva de los dedos. Si no se cumplenestas condiciones, los microtraumatismos repetidos desencadenan patología a nivel ungueal y en las articulaciones metatarso-falángicas e interfalángicas, siendo característico el Hallux Rigidus secundario a ello. Un buen calzado es también capaz de disminuir los impactos y controlar los desplazamientos del pie, sobre todo si por el uso el pie tiende al cavo o al plano respectivamente.(Fernández Fairen & Busto Villarreal, 2009, pág. 97)

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